De no ser por lo imprevisible del juego, por la magia del fútbol y por el azar, sería difícil entender la victoria por la mínima 1-0 que consiguió el equipo local, el San Martín de la Vega, frente a los verdinegros de InterSoccer.
No por ello debemos restar méritos a su victoria. Con un equipo muy veterano, en su mayoría, y muy sólido, donde destacaron sobremanera el portero y el capitán, supieron sacar la renta adecuada al gol anotado al filo del descanso por este último, luego de una magnífica acción individual en la que, después de internarse casi hasta la línea de fondo del área pequeña, batió por bajo al meta visitante, Alberto. Verdaderamente, esta acción convertida en gol y un par de ellas más con cierto peligro en la prolongación, fueron lo único reseñable del ataque del conjunto local durante los 90 minutos del partido.
Por el contrario los chicos de InterSoccer, aunque si bien alternando ratos de un fútbol muy combinado, rápido y directo, con otros de un cierto desorden -sobre todo en el centro del campo-, lo que sí es cierto es que durante casi todo el partido buscaron con ahínco la meta rival. Tanto que, de no ser por la portentosa actuación del meta local y por el desacierto en el remate de los verdinegros el resultado hubiese sido otro y con los puntos volando seguramente hacia Alcobendas desde la localidad ribereña del Tajo; donde finalmente se quedaron.
Partido clásico del grupo 3 de primera regional, donde muchos equipos disponen de armas basadas en el oficio, la experiencia y la perfecta adaptación a las circunstancias de jugar en campo propio. Aún perdiendo, no obstante, lo positivo fue el comprobar que los jóvenes chicos de InterSoccer en ningún momento perdieron la cara al partido mientras desplegaban frente a un ordenado y duro San Martín el fútbol que atesoran y en el que confían.
Destacar la buena labor de Santiago, Arias, Alberto, Ninkovic y la reaparición de Pape.
¡Ánimo chicos!
